Influenza II

Las influencias son una especie de encuentro histórico. Dos potencias que se encuentran en un punto. Este punto de encuentro es un puente que surge de la libertad absoluta que da la relectura de cualquier tradición. Es pasar por el tamiz de la propia experiencia un objeto histórico determinado, Por ejemplo, una expresión artística. El rock es una gran muestra de este espíritu de encuentro y personalización de la tradición musical.

Este encuentro histórico no sólo supone la experiencia de conocer, de acceder sensitivamente al objeto (La obra propiamente dicha), sino que también necesita de un distanciamiento del mismo objeto. Este distanciamiento es el ámbito donde las nuevas generaciones reviven la tradición de una expresión artística y, a su ves, es el momento en el que se colan, para luego convertirse  en tradición, no sólo las “novedades[1]” respecto a la historia, sino también los avances técnicos que son la posibilidad de producción de las obras de arte actuales (discos de rock). Es una relación de tensiones entre la que se objetivizan en ciertas épocas de ciertos modos.

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[1] Con novedades me refiero no solo a los sutiles cambios en los procesos de sonido, sino a cierto manipulación novedosa del materia musical, que por cierto no son solo las doce notas de la notación musical.